
Sí. Me encantan los zapatos. Es la mejor prenda de vestir. Hay muchas mujeres que se confiesan adictas y obsesivas con estos. Yo no llego hasta este punto.
Elsa Pataky, Eva Longoria son sólo dos de todas las actrices con este “problemilla”. Evidentemente será más grave que el mío. Gastarán miles de euros en zapatos, y además para sólo usarlos una sola vez. No se pueden permitir el lujo de repetir. No sería glamouroso.
Las bailarinas son la última moda. De todos los colores, con lacito o sin lacito. Me sé de una que no podría vivir sin ellas. Son cómodas, las hay muy originales e incluso de plástico para la lluvia. Me encantan.
Pero los zapatos de tacón... Estilizan la figura, hacen más bonito el pie, de cualquier color, de ante, de cuero, de plástico, de piel... Una variedad descomunal. Y es que hay auténticas obras de arte. Pero estos no son para ponerse todos los días, o demasiado puestos, o demasiado incómodos.
Y las botas! Las botas en invierno. Con pelo en el interior, de pana, catiuscas... Con falda o con pantalón. Son una auténtica tentación. Cómodas y resguardan del frío.
Me encantaría tener esos armarios como los de las ricas famosas llenos de pares de zapatos, cada cual más bonito. Podíamos verlo en la película “En sus zapatos”, de Cameron Díaz y Toni Collette. Ellas intercambiaban zapatos, pero también sus vidas.
Una diseñadora de zapatos afirma que se puede seducir a un hombre por los pies y que además, los zapatos sexys implican tener tacón. Beverly Feldman, nombre de esta diseñadora asegura que sus zapatos crean adicción y su lema es “demasiado no es suficiente”. Una frase un tanto “derrochadora” y quizá no muy ética.
El diario Times ha afirmado que las mujeres tienen una media de 27 pares de zapatos y los hombres una media de 12. Pero, ¿tan reales son estos datos?
No importa. Son una auténtica perdición.
Elsa Pataky, Eva Longoria son sólo dos de todas las actrices con este “problemilla”. Evidentemente será más grave que el mío. Gastarán miles de euros en zapatos, y además para sólo usarlos una sola vez. No se pueden permitir el lujo de repetir. No sería glamouroso.
Las bailarinas son la última moda. De todos los colores, con lacito o sin lacito. Me sé de una que no podría vivir sin ellas. Son cómodas, las hay muy originales e incluso de plástico para la lluvia. Me encantan.
Pero los zapatos de tacón... Estilizan la figura, hacen más bonito el pie, de cualquier color, de ante, de cuero, de plástico, de piel... Una variedad descomunal. Y es que hay auténticas obras de arte. Pero estos no son para ponerse todos los días, o demasiado puestos, o demasiado incómodos.
Y las botas! Las botas en invierno. Con pelo en el interior, de pana, catiuscas... Con falda o con pantalón. Son una auténtica tentación. Cómodas y resguardan del frío.
Me encantaría tener esos armarios como los de las ricas famosas llenos de pares de zapatos, cada cual más bonito. Podíamos verlo en la película “En sus zapatos”, de Cameron Díaz y Toni Collette. Ellas intercambiaban zapatos, pero también sus vidas.
Una diseñadora de zapatos afirma que se puede seducir a un hombre por los pies y que además, los zapatos sexys implican tener tacón. Beverly Feldman, nombre de esta diseñadora asegura que sus zapatos crean adicción y su lema es “demasiado no es suficiente”. Una frase un tanto “derrochadora” y quizá no muy ética.
El diario Times ha afirmado que las mujeres tienen una media de 27 pares de zapatos y los hombres una media de 12. Pero, ¿tan reales son estos datos?
No importa. Son una auténtica perdición.