Los exámenes. Se podría decir con toda seguridad que son lo peor de la universidad. Pero estoy indecisa con lo trabajos. Parece que estudiar lleva tiempo, esfuerzo, concentración...pero ¿y los trabajos? Quizá, como su propio nombre indica sean más trabajosos. Pero por otro lado, también pueden ser más llevaderos y no requieren la memorización. Unas cosas compensan otras.
Desde luego que estas fechas son de lo peor del calendario. Además de casi no poder salir de casa por la cantidad de cosas que hay que hacer, si se nos ocurre salir, ¿con quién nos encontraremos? Con nadie, efectivamente.
Ya desde navidades los más estudiosos hincan los codos como nadie. Otros prefieren posponerlo hasta una semana antes del primer examen. Dicen que es por tenerlo más fresco. Quizá tengan razón.
Como ya habíamos hablando en este blog, los propósitos para el nuevo año son absurdos. A todos nos pilla el toro en los exámenes. Aunque a unos más que a otros.
No os propongáis lo mismo para junio. No lo conseguiréis. Eso de “voy a ser constante”, “voy a llevarlo todo al día”, ¿quién se lo cree?
La mejor motivación de los exámenes es pensar en lo que vendrá después. Pero esto puede o no ser bueno del todo. O te desconcentras o le pone más ganas a esa asignatura que no tienes ni por donde coger.
Pero de todas maneras el efecto esfuerzo – recompensa funciona. Algunas veces.
El caso es que, debemos estudiar.
Desde luego que estas fechas son de lo peor del calendario. Además de casi no poder salir de casa por la cantidad de cosas que hay que hacer, si se nos ocurre salir, ¿con quién nos encontraremos? Con nadie, efectivamente.
Ya desde navidades los más estudiosos hincan los codos como nadie. Otros prefieren posponerlo hasta una semana antes del primer examen. Dicen que es por tenerlo más fresco. Quizá tengan razón.
Como ya habíamos hablando en este blog, los propósitos para el nuevo año son absurdos. A todos nos pilla el toro en los exámenes. Aunque a unos más que a otros.
No os propongáis lo mismo para junio. No lo conseguiréis. Eso de “voy a ser constante”, “voy a llevarlo todo al día”, ¿quién se lo cree?
La mejor motivación de los exámenes es pensar en lo que vendrá después. Pero esto puede o no ser bueno del todo. O te desconcentras o le pone más ganas a esa asignatura que no tienes ni por donde coger.
Pero de todas maneras el efecto esfuerzo – recompensa funciona. Algunas veces.
El caso es que, debemos estudiar.
Todo sea por una buena recompensa.
