
El 15,6% de la población mundial tience acceso a Internet y en España el 35,1% de la población se sumerge también en la red.
Internet ha revolucionado por completo la sociedad. Miles de personas no pueden vivir sin sus ordenadores en casa. Se utilizan tanto para trabajar, como para el ocio. Además, como dice Gubern en su interesante libro “EL eros electrónico”, les cogemos cariño a los ordenadores, les ponemos nombre o sexo, los decoramos, nos enfadamos con ellos...Es un auténtico amor-odio a estos aparatos. “Son seres inteligentes, pero sin sentimientos, y por ello nuestra conexión con ellos, no llega a ser total”, se afirma en esta libro.
Un mundo oscuro y brillante a la vez. Podemos encontrar zonas en la red realmente peligrosas. Al no tener límites palpables uno puede adentrarse hasta perderse. La gente a través de Internet sólo muestra el lado de su personalidad que quiere mostrar.
Por tanto, ¿caracteriza a la red la frialdad?¿Quizá el engaño?
Pero, por otro lado no olvidemos que tiene un lado muy positivo. Cada uno tiene su espacio en la red, puede ofrecer sus textos, sin necesidad de contactar con un editor, o mostrar sus opiniones, sin impedimento alguno. Se pueden establecer debates, como ocurre en los foros. En mi opinión, algo enriquecedor el conocer diferentes puntos de vista.
Cuando estamos frente a la pantalla del ordenador, nos sumergimos en un mundo diferente. Desconectamos por un momento de lo que ocurre a nuestro alrededor. ¿Aislamiento? Puede ocurrir. Pero evidentemente, el mundo real, el contacto físico, el afecto de las personas que nos rodean, no se podría cambiar por nada.
Sin tecnologías de por medio.
Internet ha revolucionado por completo la sociedad. Miles de personas no pueden vivir sin sus ordenadores en casa. Se utilizan tanto para trabajar, como para el ocio. Además, como dice Gubern en su interesante libro “EL eros electrónico”, les cogemos cariño a los ordenadores, les ponemos nombre o sexo, los decoramos, nos enfadamos con ellos...Es un auténtico amor-odio a estos aparatos. “Son seres inteligentes, pero sin sentimientos, y por ello nuestra conexión con ellos, no llega a ser total”, se afirma en esta libro.
Un mundo oscuro y brillante a la vez. Podemos encontrar zonas en la red realmente peligrosas. Al no tener límites palpables uno puede adentrarse hasta perderse. La gente a través de Internet sólo muestra el lado de su personalidad que quiere mostrar.
Por tanto, ¿caracteriza a la red la frialdad?¿Quizá el engaño?
Pero, por otro lado no olvidemos que tiene un lado muy positivo. Cada uno tiene su espacio en la red, puede ofrecer sus textos, sin necesidad de contactar con un editor, o mostrar sus opiniones, sin impedimento alguno. Se pueden establecer debates, como ocurre en los foros. En mi opinión, algo enriquecedor el conocer diferentes puntos de vista.
Cuando estamos frente a la pantalla del ordenador, nos sumergimos en un mundo diferente. Desconectamos por un momento de lo que ocurre a nuestro alrededor. ¿Aislamiento? Puede ocurrir. Pero evidentemente, el mundo real, el contacto físico, el afecto de las personas que nos rodean, no se podría cambiar por nada.
Sin tecnologías de por medio.